lunes, 30 de enero de 2017

La nueva política comercial de los EE.UU. y el futuro de los Acuerdos de Libre Comercio


El nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump, ha empezado a poner en marcha una nueva política comercial basada en el proteccionismo y la no participación de su país en los Acuerdos de Libre Comercio (ALC) en vigor o en fase de negociación. Veamos la situación actual de estos ALC.

a) TPP: Trans-Pacific Partnership; ATCE: Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica

En el TPP participan 12 países de la cuenca del Pacífico incluyendo a EE.UU. pero excluyendo a China (véase mapa adjunto). El TPP ya ha sido firmado, pero está pendiente de ratificación de los países miembros. El Presidente Trump firmó la orden ejecutiva el pasado 23 de enero para iniciar el proceso legal de salida de este ALC.

Fuente: Reuters


b) FTAAP: Free Trade Area of the Asia-Pacific; ALCAP: Área de Libre Comercio de Asia y el Pacífico

El FTAAP es un ALC promovido por el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) creado en 1989 para promover el libre comercio en esta región. En las negociaciones del FTAAP participan 21 países, incluido EE.UU. (véase mapa adjunto).  Las negociaciones van muy retrasadas. El Presidente Trump ya ha anunciado que los EE.UU. no participará en el FTAAP.

Fuente: Reuters


c) NAFTA: North American Free Trade Agreement; TLCAN: Tratado de Libre Comercio de America del Norte

El NAFTA es un ALC vigente desde 1984 en el que participa los EE.UU. junto a Canadá y México. El pasado 23 de enero el Presidente Trump firmó una orden ejecutiva para renegociar el NAFTA. Canadá da por muerto a este ALC, mientras que México ha anunciado que tratará de minimizar los costes para su economía en las renegociaciones con EE.UU.

d) TTIP: Transatlantic Trade and Investment Partnership; ATCI: Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión

El TTIP es un ALC entre EE.UU. y la Unión Europea (UE) que ya ha sido negociado pero está pendiente de ratificar. Los EE.UU. y la UE suman cerca del 60% del PIB mundial, un tercio del comercio internacional de bienes y servicios y forman un mercado de 800 millones de consumidores.

En 2014, la UE mantuvo su posición como mayor socio comercial de los EE. UU. en materia de comercio de mercancías, por delante de Canadá y de China. Los EE. UU. fueron el principal destino de las exportaciones de la UE en 2014, absorbiendo el 18,3 % de las exportaciones totales de bienes de la UE (en comparación con el 9,7 % correspondiente a China). Los EE. UU. ocuparon el segundo puesto entre los socios de importación de la UE, y aun así suministraron el 12,2 % de los bienes importados por la UE. En este aspecto, los EE. UU. se quedaron por detrás de China, que suministró el 17,9 %, pero superaron a Rusia, que suministró el 10,8 % de las importaciones totales de la UE. En 2014, la UE registró un superávit del comercio de mercancías de 104.900 millones de euros con los EE. UU.

Las exportaciones de servicios de la UE a los EE. UU aumentaron entre 2012 y 2014, al igual que las importaciones a la UE de servicios de los EE. UU. En 2014, la UE registró un superávit del comercio de servicios de 11.600 millones de euros con los EE. UU.

El TTIP hubiera llevado a la mayor zona de libre comercio del mundo pero el Presidente Trump ha anunciado que los EE.UU. no ratificará este TLC en su actual redacción.

e) RCEP: Regional Comprehensive Economic Partnership; AEIR: Asociación Económica Integral Regional

El RCEP es una ALC que se está negociando entre 16 países de Asia y el Pacífico (no está EE.UU.) y que está liderado por China (véase mapa adjunto). El RCEP toma un nuevo impulso para la promoción del libre comercio en la región, una vez que EE.UU. ha decidido no participar en el TPP y en el FTAAP.

Fuente: Reuters

En conclusión, es muy probable que los acuerdos comerciales bilaterales se van a imponer a los multilaterales con la nueva Presidencia de Donald Trump. Malos tiempos para el libre comercio mundial.

lunes, 9 de enero de 2017

La concentración de la renta y la riqueza en los EE.UU., 1913-2015


La desigualdad en el reparto de la renta y de la riqueza ha crecido en EE.UU. desde los años 80 del siglo XX hasta la actualidad. En los dos siguientes gráficos se muestra que entre los años 20 y los 70 se registró una caída de la participación de los hogares un 1% más ricos (y también de los hogares un 0,5% más ricos) en la renta (primer gráfico) y la riqueza (segundo gráfico) de los EE.UU. [1]

Por el contrario, desde los años 80 se produce un aumento de la participación de los hogares un 1% más ricos (y también de los hogares un 0,5% más ricos) en la renta y la riqueza. Y este fenómeno de mayor concentración de la renta y de la riqueza ha continuado a pesar de la crisis financiera y económica iniciada en 2007. Con más detalle, a finales de 2015 los hogares un 1% más ricos y un 0,5% más ricos acumulaban un 22,5% y un 17,5% de la renta, respectivamente, mientras que concentraban un 42% y un 35% de la riqueza, respectivamente.


Recientes estudios han constatado empíricamente el aumento constante de la desigualdad de la renta en los EE.UU. desde los años setenta del siglo XX [3]. Uno de los principales factores que explica este fenómeno son las diferencias en la composición de las rentas de los ricos y de los pobres. Desde el punto de vista estadístico, menos del 20% de los hogares norteamericanos tienen acciones, y estas familias son en su mayoría de clase alta. Y ello produce una dicotomía, ya que los ricos reciben la mayor parte de sus ingresos del mercado de valores (plusvalías, opciones sobre acciones y dividendos), mientas que la clase media y la clase pobre reciben la mayor parte de sus ingresos de las rentas del trabajo o de las pensiones. En última instancia, las clases altas se beneficiarían de los períodos de bonanza del mercado de valores, mientras que el resto de la población no [3].

La política monetaria no convencional de Flexibilización Cuantitativa introducida por la Reserva Federal para paliar los efectos de la crisis financiera ha impulsado el crecimiento de la economía de los EE.UU., pero a costa del aumento de la desigualdad de la renta y la riqueza. De hecho, tal y como se puede observar en el siguiente gráfico, el aumento extraordinario de la liquidez (activos totales de los bancos, línea roja) ha ido acompañado de un aumento paralelo sin precedentes de los precios de las acciones (índice S&P 500 de la Bolsa de Nueva York, línea azul).


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[1] Los datos provienen de Saez, E. y Zucman, G. (2016): “Wealth Inequality in the United States since 1913: Evidence from Capitalized Income Tax Data”, Quarterly Journal of Economics, Vol. 131, No. 2, May.

[2] Un excelente resumen de los trabajos y la metodología utilizada en los estudios de la desigualdad de la renta recientes puede verse en el artículo de Owyang, M. T. y Shell, H.G.  (2016): “Measuring Trends in Income Inequality", Federal Reserve Bank of St. Louis The Regional Economist, April, 24 (2), pp. 4-5.

[3] La evolución de la relación entre el índice de los precios de las acciones en la Bolsa de Nueva York (medidos por el índice S&P 500) y del coeficiente de Gini de los hogares de EE.UU. que aproxima la desigualdad de la renta, puede verse en Esteve, V. (6 de junio de 2016): "Desigualdad de la renta y evolución del mercado de valores en EE.UU., 1947-2013", Blog Viaje al Fondo de las Finanzas Internacionales, http://vicenteesteve.blogspot.com.es/2016/06/desigualdad-de-la-renta-y-evolucion-del.html