martes, 3 de septiembre de 2013

Tres universidades españolas destacan en el ranking 500 de Shanghai en el área de Economía y Empresa


El Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) (conocido también como "proceso de Bolonia", por el nombre de la ciudad italiana en la que se firmó la declaración política que abrió el espacio europeo universitario) no sólo significa una homologación de títulos a nivel europeo, sino también debería abrir la competencia entre las universidades europeas y españolas entre sí en la captación de los mejores alumnos y profesores.

Una de las variables clave para poder elegir una Facultad y una Universidad en el nuevo contexto debería ser sin duda el nivel científico de su profesorado, por lo que indicadores de la "calidad" de las publicaciones de investigadores y profesores, van a pasar a un nivel más que relevante. Los ranking internacionales de universidades son también importantes por varios motivos. Además del evidente prestigio internacional, son fundamentales por las importantes ventajas económicas que eso puede traer en un momento en el que los planes autonómicos, nacionales y europeos de apoyo a las universidades (fondos de investigación para los profesores, incentivos económicos a los mejores profesores, ..) deberían de tener un claro objetivo: premiar la excelencia. Y la excelencia se cuantifica en este tipo de listados (guste o no guste), entre otro tipo de cosas.

En relación a este tema, se ha publicado recientemente el Academic Ranking of World Universities (ARWU) 2013 elaborado desde 2003 por la Shanghai Jiao Tong University, China. Este ranking de universidades clasifica las mejores 500 universidades a nivel internacional (de un total de 1000 universidades analizadas).

El ranking de las universidades se realiza en base a un Indicador Sintético Ponderado compuesto de 6 indicadores ponderados:
  • La calidad de la docencia medida por los alumnos que han sido galardonados con un Premio Nobel o con premios de investigación relevantes (indicador Alumni, peso del 10%).
  • La calidad de la Facultad medida por dos indicadores: i) los profesores que han sido galardonados con un Premio Nobel o con premios de investigación relevantes (Award, peso del 20%); y ii) los profesores que tienen artículos muy citados por otros artículos en 21 categorías temáticas (indicador HiCi, peso del 20%).
  • La calidad de la investigación medida por dos indicadores: i) artículos publicados entre 2008 y 2012 en las revistas científicas Nature y Science (indicador N&S, peso del 20%); y ii) artículos publicados en 2012 en la base científica de revistas Journal of Citation Reports Web (JCR) elaborada por la división de Ciencia de la empresa Thomson Reuters, incluyendo el Science Citation Index-Expanded (SCIE) y Social Science Citation Index (SSCI) (indicador PUB, peso del 20%).
  • El rendimiento académico per cápita de la institución medido por la puntuación de los 5 anteriores indicadores dividido por el número de personal académico a tiempo completo (indicador PCO, 10% del peso).
A la universidad con mayor puntuación se le asigna un valor 100, y la puntuación del resto de universidades se obtiene como un porcentaje de la puntuación de la universidad que lidera el ranking. La clasificación de universidades se realiza para el conjunto de la misma pero también en base a 5 campos científicos [i) Ciencias Naturales y Matemáticas, ii) Ingeniería, Tecnología e Informática, iii) Ciencias de la Vida y Agricultura, iv) Medicina y Farmacia, v) Ciencias sociales], y en base a 5 campos de conocimiento o materias [(i) Matemáticas, ii) Física, iii) Química, iv) Informática, v) Economía y Empresa].

En esta entrada del Blog nos centramos en la posición de las Facultades de Ciencias Económicas y Empresariales de las universidades españolas en el ranking Top 500 mundial.

En primer lugar, en la Tabla 1 mostramos el ranking utilizando el Indicador Sintético Ponderado (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande). En el Top 200 sólo aparecen las Facultades de Ciencias Económicas y Empresariales de tres universidades españolas: la Universidad Pompeu Fabra en el rango del 101 al 150 y la Universidad de Valencia y la Universidad Carlos III en el rango del 151 al 200.


El panorama cambia muy positivamente si sólo utilizamos el indicador PUB (véase Tabla 2), que hace referencia a la producción científica global de los profesores en relación a los artículos publicados en las revistas indexadas en la base de datos JCR. En este caso, la Universidad de Valencia lidera el ranking español y escala espectacularmente hasta el puesto 53 mundial, mientras que la Universidad Carlos III se sitúa en el puesto 97 y la Universidad Pompeu Fabra se sitúa en el puesto 121.


Afortunadamente, no todas las Facultades de Economía (y los profesores universitarios de la disciplina de Economía y de la disciplina de Empresa) son iguales y, por lo tanto, no deberían ser tratados por igual. Las diferencias salariales derivadas del plus de productividad investigadora que otorga la Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora (CNEAI) dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (básicamente publicaciones en artículos de la base de datos utilizada para elaborar el ranking) son ridículas. El "café para todos" tan típicamente español debería ser "cortado" aprovechando la introducción del EEES en la Universidad española. Pero eso es otra historia.

El Real Decreto-ley 14 /2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo aprobado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, no ha introducido una mayor diferencia salarial entre los profesores (mayores retribuciones por sexenio), pero al menos premia a aquellos con éxito "probado" en su producción científica. En concreto, se establece dos casos de reducción horaria de la actividad docente de dos grupos de profesores (un caso más exigente que el otro) respecto a aquellos profesores que no han dedicado parte de su tarea universitaria a la actividad investigadora (en este caso se les aumenta la carga docente).

Esta debe ser la primera medida pero no la última de una amplia lista. Las próximas podrían ser las siguientes: i) aumentar en gran medida la retribución asignada a los complementos de productividad de la actividad investigadora o sexenios (y con mayor cuantía para cada nuevo tramo acumulado y de manera creciente); ii) establecer el distrito único universitario nacional, para que los mejores alumnos vayan a las mejores universidades (con becas de movilidad generosas). Ello implicaría una competencia entre universidades para captar a los mejores alumnos; iii) establecer que solamente las universidades con carácter más investigador impartan estudios de postgrado (Máster y Doctorado). Para tal fin, bastaría con exigir determinado número de sexenios de investigación al conjunto (y también individualmente) de los profesores que vayan a impartir su docencia en postgrado; iv) reducir el número de años de los Grados (de los cuatro actuales a tres como ocurre en la mayoría de los países de la Unión Europea) para liberar recursos con el objetivo último de establecer titulaciones de postgrado de mayor calidad. [1]

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[1] Sólo España, Chipre, Turquía y Eslovenia están aplicando unos Grados de cuatro años y un Máster de uno (lo que se le conoce como 4+1), el resto de las universidades europeas han adaptado sus títulos a tres años de Grado y dos de Máster (3+2), dándole un mayor protagonismo a la especialización de lo que se le otorga en España.

1 comentario:

Amador dijo...

De acuerdo con todas las propuestas Vicente, excepto con la iii). En un sistema de universidades donde no hay movilidad del profesorado, relegar a las universidades periféricas a la docencia de grados de 3 años, me parece que sería condenarlas a su desaparición en el medio plazo, al menos como unidades de investigación. Creo que habría que pensar en algún sistema más distributivo. Esta claro que muchas de estas universidades no tienen capacidad suficiente para impartir posgrados de calidad en el corto plazo, pero con planificación y algunos recursos deberían ser capaces de ofrecer algún master, en el que participen profesores de otras universidades que puedan dinamizar la investigación o inserción laboral de los estudiantes. La otra, en el caso de que los alumnos realicen su posgrado en una universidad distinta a la que curso el grado, es que los profesores del grado de origen del alumno tengan oportunidad de participar como co-tutores de los trabajos de fin de master/tesinas junto con los profesores del master, de tal manera que pueda aportar a la investigación y también aprovechar la dinámica de un posgrado que no pueden tener en "casa" por falta de recursos, escala mínima o a lo que quiera que se deba. En mi opinión, no se debería penalizar a un profesor por pertenecer a una universidad cuya estructura no le permite tener tercer ciclo cuando no hay universidad alternativa a la que postular.
Espero verte pronto por La Laguna. Un saludo y felicidades por el blog.