domingo, 1 de noviembre de 2009

La Gran Depresión de 1929 y la Recesión de 2008 en la economía americana: analogías y diferencias

En el gráfico adjunto (hacer click para hacerlo más grande) se compara el comportamiento de alguna de las variables económicas clave en la Gran Depresión de 1929 y la Gran Recesión de 2008 para la economía de los EE.UU.. Algunos analistas y comentaristas económicas han insistido en que las dos recesiones se parecen mucho, auque esto es cierto sólo en parte. De hecho, vamos a ver como los indicadores seleccionados se comportan de manera igual en cuanto el signo, pero no en la magnitud. Los tres indicadores que presentamos mostraron peores registros negativos en la actual recesión de 2008 que en la de 1929.



En primer lugar, uno de los factores causales de la recesión ecoómica en ambos periodos es la caída de los precios de los activos. De este modo, en ambas recesiones se observa una caída significativa de la riqueza neta de los hogares que provoca una caída del gasto del consumo privado, aunque esta reducción de la riqueza de las familias es mucho mayor en la crisis actual (-17%) que en la crisis de 1929 (-3%). Esta diferencia de comportamiento se debe a que en 1929 se produjo un hundimiento del mercado de la Bolsa puntual en el mes de octubre (después de un periodo corto de bruscas subidas entre los meses de junio y agosto) y a que los precios de la vivienda en EE.UU. disminuyeron ligeramente. Como consecuencia de estos retrocesos ligeros de la Bolsa y de los precios inmobiliarios, la riqueza neta del hogar apenas bajo el 3% entre diciembre de 2008 y diciembre de 2009. Por el contrario, en 2008 asistimos a una caída del 24% de los precios de las acciones entre septiembre y octubre, y los precios de la vivienda cayeron nada menos que un 9% en este año. La conjunción de estos dos shocks negativos de mayor magnitud relativa generó una caída de la riqueza neta de los hogares estadounidenses de un 17% entre diciembre de 2007 y diciembre de 2008, es decir, cinco veces más que la Gran Depresión de 1929.

En segundo lugar, en ambas recesiones se presenta otro factor que genera incertidumbre y que frena  el gasto privado: la elevada volatilidad en mercados financieros. En el gráfico se presenta la volatilidad de los mercados de acciones medida por la varianza de los rendimientos diarios en 1929 y en 2008 (las varianzas están calculadas sobre la variación porcentual de los rendimientos de las acciones entre septiembre y diciembre de cada año). Nuevamente la volatilidad es más alta en las recesión de 2008 (varianza de 16,3) que en los últimos cuatro meses de 1929 (varianza de 12,0), lo que supone un 35,8%  más de volatilidad (media) de los rendimientos de las acciones incluidas en el índice S&P de la Bolsa de Nueva York (los datos para 1929 son el índice S&P 90 y para 2008 el índice S&P 500).

En tercer lugar, otro indicador que nos indica la profundidad del pánico alcanzado en ambas recesiones puede ser aproximado por el aumento del diferencial entre los tipos de interés de diferentes bonos de renta fija corporativos según el grado de riesgo. Como se puede observar en el gráfico, entre agosto y  diciembre de 2008, los diferenciales entre los bonos corporativos Moody’s de grado BAA y AAA se elevaron hasta 187 puntos básicos. Por el contrario, entre septiembre de 1929 y diciembre de 1930, este diferencial aumento en 87 puntos básicos respecto al nivel anterior al desplome bursátil. Nuevamente, el comportamiento relativo es peor en la actual recesión que en la Gran Depresión de 1929.

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